La BDE, perteneciente al programa de Bibliotecas escolares CRA de la Unidad de Currículum y Evaluación del Ministerio de Educación, es un servicio de préstamo de libros digitales y audiolibros para directivos, docentes, estudiantes y funcionarios de establecimientos educacionales de Chile con dependencia municipal, particular subvencionada, administración delegada y servicio local de educación. En diciembre de 2021, contaba con una colección de aproximadamente 13 mil recursos, donde casi 12400 corresponden a libros digitales, 450 a audiolibros y 40 libros interactivos o multimediales. La colección, además, está diferenciada de acuerdo al perfil de los usuarios, por lo que el acceso al catálogo varía en relación con la edad de estos. Progresivamente, la BDE ha ido modificando el tipo de licencias mediante las cuales incorpora títulos a su colección, desplazando el eje desde el paradigma de packs de descargas (que es la licencia que rige a más de 2000 títulos) al pago por uso, que hoy en día es el tipo de licencia mayoritaria (de 10300 títulos).
La BDE utiliza una plataforma creada por la empresa española Odilo (la misma que desarrolla la plataforma de la BPD), con funcionalidades para contexto escolar. Así, por ejemplo, además de la transformación de texto en audio mediante una voz artificial, la BDE propone una opción de lectura llamada “Open Dyslexic”, que ofrece un tipo de fuente más espaciada y con letras más gruesas. Por otra parte, la BDE se conecta con otra plataforma desarrollada por Odilo, llamada Plan de lectoescritura digital, que permite la creación de clubes de lectura. El profesor interactúa con los estudiantes a través de foros, desafíos, ejercicios, recomendaciones, y puede hacer seguimiento a la lectura de alguno de los títulos disponibles para uso simultáneo. En esta plataforma, vinculada a la BDE, las familias también pueden involucrarse al recibir charlas y guías para el desarrollo del hábito de lectura.
Al considerar el presupuesto anual de Bibliotecas escolares CRA en relación con los gastos realizados en libros físicos versus gastos relacionados a la BDE, vemos que el 2020 se produjo un salto relevante que muestra la relevancia que ha adquirido la lectura digital para el Mineduc. Así, si el año 2018, con un presupuesto de $5.511.525.000, más de $4.113.915.649 (74,64%) se gastaba en compras de libros físicos, solo $114.999.671 (2,09%) se destinaba a gastos relacionados con la BDE. El año 2019, con un presupuesto de $7.324.131.000, $4.093.621.502 (55,89%) se destinó a compras de libros físicos, mientras que $106.999.974 (1,46%) se destinó a gastos relacionados con la BDE. El 2020, en cambio, en parte porque se realizó un contrato a veinticuatro meses que abarca entre el 2020-2022, con un presupuesto anual de $5.586.762.000, el gasto en libros físicos fue de $2.623.870.703 (46,97%), mientras que los gastos asociados a la BDE subieron a una suma aproximada de $823.927.140 (14,74%). Es notorio cómo, en 3 años, el CRA pasó de gastar casi 3/4 de su presupuesto en compra de libros físicos a gastar un poco menos de la mitad. Al mismo tiempo, el aumento en el gasto vinculado a la BDE ha subido rápidamente casi en un 500%.

Un elemento a considerar es cómo se distribuye el gasto relacionado a la BDE. Si, en el caso de la compra de libros físicos, el gasto se distribuye en distintas editoriales y distribuidoras, en el caso de la BDE se puede distinguir entre los gastos destinados a contenido y los gastos destinados a la plataforma misma (desarrollo, manutención, funcionalidades, apps para dispositivos móviles, etc.). Así, el 2018, del total de $114.999.671 gastados en la BDE, $46.550.684 (40,47%) se destinaron a contenido y $68.448.987 (59,53%) a la plataforma. El 2019, en tanto, si el gasto en la BDE fue de $106.999.974, el gasto en contenido fue de $94.468.999 (88,28%), mientras que $12.530.975 (11,71%) fue en la plataforma. El año 2020 ocurre un cambio en el contrato que se establece para la plataforma de la BDE, estableciéndose un contrato a veinticuatro meses que va de 2020 a 2022. Para la comparación de las cifras tomamos los valores correspondientes a los diferentes ítems y dividimos en dos aquellos que están considerados para la totalidad de la duración del contrato; así, lo destinado a contenido corresponde a $270.616.317 (32,84%) y el gasto destinado a la plataforma misma es de $553.310.823 (67,16%)[1].

Estas cifras merecen una reflexión. Las bibliotecas escolares CRA entregan libros físicos a más de 10 mil bibliotecas a lo largo de todo el país. A pesar de los reportes de gestión completados por las bibliotecas escolares, no existe (y probablemente no pueda haber, considerando el volumen de bibliotecas escolares gestionadas centralizadamente) un seguimiento riguroso al uso de esos libros una vez que llegan a las bibliotecas escolares ni un registro de los usuarios activos de las bibliotecas escolares. Por otra parte, la BDE cubre una cantidad de usuarios potenciales de aproximadamente 3.500.000 personas según cifras de matrícula y equipos educativos del Mineduc. Sin embargo, al considerar el número de usuarios activos de la plataforma, vemos que estos aún están muy lejos de una cobertura que abarque su potencial. El primer año de implementación, por ejemplo, hubo aproximadamente 40 mil usuarios, el 2020 105 mil y el 2021 122.223 usuarios activos (ver tabla 3). Estos usuarios son aquellos que han tenido algún tipo de actividad en sus cuentas, y no necesariamente usuarios recurrentes de la misma. Por otra parte, si bien hubo un salto espectacular en el número de préstamos o descargas entre el 2019 y el 2020, las cifras muestran una tendencia a la baja durante el 2021 a partir del mes mayo, que continúa durante el resto del año. El promedio de préstamo por usuario el 2019 era de 2,6 libros, 4,8 el 2020 y aproximadamente 4 libros por usuario el 2021. Esto muestra probablemente que el aumento explosivo en el uso de la plataforma tuvo mucho que ver con la pandemia, y que una vez que las restricciones de movilidad se redujeron y volvieron a abrir los establecimientos educativos, ha sido difícil mantener el ritmo de crecimiento de la plataforma. Ante este desafío, las bibliotecas escolares CRA parecen estar apostando por el futuro crecimiento de los usuarios de la plataforma digital.

[1] Las cifras correspondientes al 2020 son difíciles de calcular, ya que se trata de un contrato a 24 meses que compromete un máximo de $1.658.538.369. Sin embargo, dentro de esa cifra hay ciertos montos cuyo pago dependen de la cantidad de uso de los títulos de la colección, por lo que se establecen máximos que no necesariamente corresponden a la cifra pagada finalmente. En cualquier caso, los montos expresan determinadas tendencias de gasto que nos parecen relevantes.